Resulta ser que después de dos meses (aproximados) volví a charlar con el Arroz y se me enojo.
La charla venía bien, venía de música, de las cosas raras que escucho y de donde la saco, discos externos y bla, hasta que la llevamos para el lado de la mente (creo que fue ahí cuando la cagamos...)
Venía bien y de golpe dejamos de entendernos, nos mal interpretamos y ambos terminamos ofuscados por algo que no se si era para tanto.
Resultado: el sigue ofuscado y yo con ganas de invitarlo a tomar una birra (motivo inicial de la charla)
(En que momento esto se puso tan complicado? O siempre fue así? Ay Dior!)
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